En todo el mundo y en todas las culturas, los seres humanos siempre han creído en la existencia de demonios, fantasmas y malos espíritus. Según los expertos, estas entidades pueden tomar diferentes formas y capacidades en función de la religión o la cultura, pero una cosa que permanece constante es su maldad y su deseo de infligir daño a sus víctimas.
Una de las maneras más comunes de que los malos espíritus o entidades demoníacas utilizan para acceder a nuestra realidad es a través de la posesión, donde el único propósito es controlar el cuerpo de sus víctimas. La creencia en la posesión de espíritus es una característica generalizada encontrada a lo largo de una gama de religiones diferentes, incluyendo las más importantes, como el cristianismo, el hinduismo, el islam y el judaísmo, e incluso en religiones consideradas “oscuras” como el vudú haitiano, Wicca, numerosas religiones africanas, y otras muchas más.
Uno de los métodos de defensa más conocidos contra las entidades sobrenaturales siniestras es quizás la antigua práctica conocida como exorcismo, que es una práctica para eliminar por la fuerza el espíritu o demonio. En muchos casos los exorcismos no acaban dando el resultado esperado, debido a que el proceso es largo y arduo, teniendo que pagar la victima un peaje físico, mental y espiritual como resultado del intento de desalojar al espíritu maligno, incluso a veces con la muerte. Pero si tenemos que hablar de exorcismos, uno de los más misteriosos y aterradores es el que se llevó a cabo en 1975 a una chica llamada Anneliese Michel, un exorcismo que en la actualidad es considerado como uno de los más terribles e inexplicables de toda historia.
Anneliese Michel nació el 21 de septiembre de 1952, en Leiblfing, Baviera, Alemania Occidental, en el seno de una familia de católicos muy devotos, que constaba de tres hermanas y sus padres. Anneliese tuvo una infancia difícil, una de sus hermanas había nacido como hija ilegítima cuatro años antes de su nacimiento, lo que se convirtió en una fuente de escándalo y vergüenza para una familia tan profundamente religiosa, un hecho que llevó a la madre a tener sentimientos fuertes de culpabilidad.
Pero dejando aparte los problemas familiares, en 1968, Anneliese, de 16 años, experimentó un ataque repentino y violento. Su familia la llevó a un médico para un examen médico, y los neurólogos determinaron que sufría de epilepsia debido a un problema en el lóbulo temporal. A pesar de este episodio, Anneliese trató de mantener una vida normal y continuó sus estudios en la escuela, pero la medicación parecía no funcionar y con el tiempo volvió a sufrir más ataques convulsivos. Cada vez se le prescribía medicamentes mas fuertes, pero no parecía tener ningún efecto. Su carácter fue cambiando, dando paso a un comportamiento suicida, lo que la llevó a ser ingresada en un hospital psiquiátrico para su tratamiento.
Todo parecía ir a peor, además de las convulsiones y la depresión que sufría, ella comenzó a tener visiones que la perturbaban y le causaban una gran angustia mental. Estas visiones solo fueron el comienzo de su verdadera pesadilla. Anneliese pasó de las visiones a escuchar extrañas voces que le ordenaba hacer cosas en contra de su voluntad, y en otras ocasiones eran amenazantes. Con el tiempo, Anneliese, que siempre había sido muy religiosa, comenzó a mostrar una aversión a los lugares de culto y a cierto objetos religiosos, tales como los crucifijos. Debido a los inexistentes resultados médicos y a la devoción religiosa de la familia, los padres consideraron que su hija estaba siendo poseída por un demonio, o incluso por el mismísimo diablo.
La familia de Anneliese la llevó a varios sacerdotes para consultarles sobre la condición de su hija, pero no tuvieron la acogida que esperaban. Los sacerdotes les dijeron que debían llevar a la pequeña Anneliese a un nuevo hospital para recibir tratamiento médico, exactamente lo mismo que no había dado ningún efecto hasta ese momento. Ni la comunidad científica ni la Iglesia Católica no querían hacerse cargo de Anneliese, lo que dejó a la familia en un desamparo total.
Pero un pastor llamado Ernst Alt decidió investigar la historia de Anneliese por curiosidad. Se reunió con Anneliese y después de varios días investigando su caso llegó a la conclusión de que estaba poseída por algún tipo de entidad maligna. Entonces Ernst escribió al obispo pidiéndole que considerara el exorcismo. Después de muchas dudas, el obispo Josef Stangl, finalmente accedió a permitir que se realizara un exorcismo en secreto, y en 1975 envió a un exorcista llamado Arnold Renz para ayudar a Ernst.
El exorcismo comenzó oficialmente el 24 de septiembre de 1975. Sin duda, cuando los dos sacerdotes llegaron a las puertas de la casa de Anneliese eran completamente conscientes de que este día iba a marcar el comienzo de unos 10 meses de aterradora odisea que terminaría finalmente con la muerte de Anneliese.
Poco después de que comenzara el ritual, los sacerdotes se dieron cuenta que la situación era mucho peor de lo que creían en un principio, ya que Anneliese no estaba poseída por un solo espíritu, habían otros muchos más con los nombres de Judas, Nerón, Hitler, Caín, Lucifer, entre otros. Durante los exorcismos, Anneliese pasó a un estado donde ella se infligía daño físico a sí misma a través de la autoflagelación. Muy pronto se hizo evidente que los exorcismos estaban causando un daño peor de lo esperado.
Según los informes oficiales, Anneliese se orinaba y defecaba en el suelo con regularidad, e incluso era propensa a lamer su propia orina, además de insultar, gruñir como un animal salvaje y hablar en lenguas muertas que ella nunca había estudiado. Esto se prolongó durante meses, con un total de 67 exorcismos, acabando en fracaso y agotamiento de los sacerdotes.
Poco antes de su muerte, Anneliese se negaba a comer, y se convirtió en un fantasma demacrado, una mera cáscara de la niña bonita que había sido una vez. El 01 de julio de 1976, después de 10 meses de exorcismos fallidos, Anneliese falleció en su casa. En el momento de la muerte, ella pesaba a penas 30 kilos. La autopsia realizada posteriormente determinó que la causa de la muerte había sido la desnutrición y la deshidratación, además de tener una grabe neumonía.
La muerte de Anneliese dio paso a una investigación sobre las misteriosas circunstancias que rodearon la muerte de la niña. Los dos sacerdotes, Ernst y Renz, fueron interrogados acerca de lo que había sucedido. El Estado determinó que la muerte de Anneliese se hubiera podido evitar y que los dos sacerdotes no habían hecho absolutamente nada para salvarla, por lo tanto los dos sacerdotes fueron sometidos a juicio el 30 de marzo de 1978.
El juicio llamó la atención de todos los medios de comunicación y de la opinión pública. Las 67 sesiones de exorcismo fueron grabadas en audio, y el tribunal fue sometido a las grabaciones de la niña fallecida donde se podía escuchar como gruñía, vomitaba y decía obscenidades. Una de las cintas incluso incluía una grabación de dos supuestos demonios hablando entre sí. Además, se presentaron varias evidencias fotográficas donde se podía observar a Anneliese terriblemente enferma, con los ojos hundidos, con moretones y llagas en toda su cara y su cuerpo. En algunas fotografías incluso se podía apreciar como sus rodillas estaban rotas como consecuencia de las constantes autoagresiones.
Los sacerdotes fueron defendidos por abogados enviados por la Iglesia Católica, que argumentaron que el exorcismo era perfectamente legal y que la ley daba a los ciudadanos el derecho a la libertad religiosa, además de tratar de demostrar que la chica había mostrado signos evidentes de estar poseída. Por su parte, Ernst y Renz afirmaron que Anneliese finalmente fue liberada del mal que habitaba en ella justo antes de su muerte.
Este argumento dio paso a otra “sangrienta” batalla legal, con un enfoque más racional y científico. La fiscalía trajo a médicos que testificaron que todos los síntomas mostrados por Anneliese fácilmente podrían explicarse por una combinación de la epilepsia, enfermedad mental, y un nivel de fanatismo en su creencia religiosa. Al final, se decidió que dejando aparte la causa real de la condición de Anneliese, los sacerdotes no habían hecho lo suficiente para ayudarla, por lo que fueron declarados culpables de homicidio como consecuencia de la negligencia. La condena fue mucho más leve de lo que se creía, cada sacerdote fue condenado a tan sólo 6 meses de cárcel y 3 meses de libertad condicional.
Pero la sentencia no marcó el final del misterioso caso de Anneliese Michel. A petición de los padres el cuerpo de Anneliese fue exhumado debido a que no había tenido un entierro apropiado a su creencia religiosa. La sorpresa fue cuando vieron el cadáver de Anneliese, apenas se había descompuesto. Incluso una monja informó de que había tenido una visión de la niña con el cuerpo completamente intacto, pero los médicos expertos que examinaron el cadáver dijeron que la tasa de descomposición estaba siendo completamente normal. Sin embargo, no permitieron que los sacerdotes Ernst y Renz vieran los restos, y algunos creen que esto fue debido a que las autoridades estaban ocultando el hecho de que el cuerpo no se había descompuesto.
Los misteriosos restos exhumados fueron colocados en un nuevo ataúd de roble forrado con estaño y enterrados de nuevo el 25 de febrero de 1978. Pero aquí tampoco acaba todo, ya que otro giro de los acontecimientos ocurrió en 2013, debido a un extraño incendio en la casa de Anneliese, y aunque las autoridades dijeron que se trataba de un simple incendio, otros creen que fue el resultado de que el mal aún se encuentra en la casa.
El caso espeluznante del exorcismo de Anneliese Michel se ha convertido en un misterio perdurable que muchos tienen como un ejemplo de una verdadera posesión demoníaca. Debido a todo el misterio que rodea la extraña muerte de Anneliese, se convirtió en una influencia para varias películas, incluyendo El exorcismo de Emily Rose (2005), dirigida por Scott Derrickson y protagonizada por Tom Wilkinson, Laura Linney y Jennifer Carpenter. Pero a día de hoy continúan habiendo más preguntas que respuestas: ¿Qué pasó con Anneliese Michel? ¿Esta joven fue realmente poseída por malos espíritus y demonios, o se trata simplemente de un ejemplo de una enfermedad mental, junto con el fanatismo a la religión?
Independientemente de si uno cree en la existencia de los demonios o su capacidad de poseer a los vivos, parece claro que existen entre nosotros algún tipo de mal que está al acecho dentro de la psique humana.
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